Carla Bruni, en su álbum
PROMISES hace una recopilación de poemas de autores británicos y norteamericanos, entre ellos está éste de Wystan Auden, con una traducción particular. En una encrucijada de vías una dama llora, es una encrucijada en su vida, un momento de tomar una decisión, aunque sea dolorosa y la haga llorar...
“Lady Weeping at the Crossroads”
By W. H. Auden
Lady, weeping at the crossroads,
Would you meet your love,
In twilight with his greyhounds,
and the hawk upon his glove?
Bribe the bird then on the branches,
Bribe them to be dumb,
Stare the hot sun out of heaven
That the night may come.
Starless are the nights of travel,
Bleak the winter wind;
Run with terror all before you
And regret behind.
Run until you hear the ocean’s
Everlasting cry;
Deep though it may be and bitter
You must drink it dry,
Wear out patience in the lowest
Dungeons of the sea,
searching through the stranded shipwrecks for the golden key.
Push on to the world’s end, pay the
Dread guard with a kiss
Cross the rotten bridge that totters
Over the abyss.
There stands the deserted castle
Ready to explore;
Enter, climb the marble staircase,
Open the locked door.
Cross the silent empty ballroom
Doubt and anger past;
Blow the cobwebs from the mirror,
See yourself at last.
Put your hand behind the wainscot,
You have done your part;
Find the penknife there and plunge it
Into your false heart.
Traducción
"Dama llorando en la encrucijada"
Por W. H. Auden
Dama, llorando en la encrucijada,
¿Te encontrarías con tu amor
En el crepúsculo con sus galgos,
Y el halcón sobre su guante?
Soborna entonces al ave en las ramas,
Sobórnalos entonces para que sean tontos,
Mira al sol caliente afuera en el cielo que la noche puede venir.
Sin estrellas son las noches de viaje,
Desolado el viento del invierno;
Corre con terror todo ante ti y arrepiéntete después.
Corre hasta oír el grito eterno del océano;
Profundo aún puede ser y amargo
debes beberlo seco,
Consume la paciencia en las más bajas
Mazmorras del mar,
buscando a través de huellas de naufragios por el cayo de oro.
Presiona hasta el fin del mundo, paga al
guardia con un beso
Cruza el puente roto que se tambalea
Sobre el abismo.
Allá está el castillo abandonado
Listo para explorar;
Entra, sube la escalera de mármol,
Abre la puerta cerrada.
Cruza el silencioso salón vacío,
Pasada la duda y la ira;
Sopla las telarañas del espejo,
mírate a ti misma al fin.
Pon tu mano detrás del friso,
has hecho tu parte;
Encuentra el puñal allí y húndelo
dentro de tu corazón falso.